PSICOLOGÍA PERINATAL

Convertirse en madre es una experiencia transformadora, pero también es intenso y cansado.

Y sí, las madres también lloramos. Y necesitamos que nos sostengan, porque no podemos con todo.

Y tratándose de una etapa tan sensible y en la que somos tan vulnerables, es fundamental fomentar el bienestar mediante el vínculo, el cuidado, la prevención y el sostén.

Puede que no podáis concebir ese bebé que tanto deseáis.

Quizá tengas miedo de que tu embarazo vaya mal o que algo os ocurra en el parto a ti o a tu bebé.

Si no te has sentido respetada y cuidada en tu parto, si han utilizado instrumentación o ha resultado una experiencia traumática, es natural que te cueste gestionar lo ocurrido y que vivas tu próximo embarazo con mayor angustia y temor a que todo lo vivido se repita.

Con un nuevo nacimiento, el foco se pone en la criatura, pero cuando un bebé nace, también lo hace su madre.

Y no siempre es sencillo adaptarse a ese nuevo rol para re-construir la identidad, que se transforma para integrar nuevas cuestiones y deja ir otras.

Las prioridades cambian y, en este proceso, quizás tenga que recuperar partes de mí que había dejado de lado. Recuperar mis vínculos. Volver a encontrarme con mi pareja.

Porque la maternidad es fuerza. Es aprendizaje. Es amor. Es cambio.
Pero también es cansancio. Es impotencia. Y es duelo.
Duelo por quien era y no volveré a ser.

Por ese bebé que ha llegado demasiado pronto.

Ese bebé que no es como esperaba o que no ha podido venir a conocer su casa y su familia.

Ese vacío que nos deja y que es tan insoportable. Porque no puedo abrazarle, pero yo soy su madre.

Y no, en la maternidad, no todo es bonito como nos lo cuentan. Hay momentos en los que las emociones nos abruman y no podemos más.

¿Seré mala madre por querer un rato para mí, lejos de mi bebé?

¿Por echar de menos a mi pareja y lo que teníamos cuando solo éramos dos?

¿Por desear que deje de llorar para poder dormir y descansar?

No, no eres mala madre. Lo estás haciendo lo mejor que puedes y que el sistema te permite.

Pero no tienes por qué hacerlo sola.

Seamos sostén, tejamos redes, seamos tribu.